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Bajo cada lunar, guardo una historia que contar...


Sopla el viento alrededor de la ciudad que abraza las moradas, hasta llegar a explorar los recónditos espacios del lar por mi ventana.
La brisa que aborda mi recámara, inspira mi delicado, terso y obsceno rostro a pronunciar palabras atrevidas de los mal contorneados labios que la vida me ha dado.
Ameno resulta el placer de sentir que el aire cruja en el lánguido cerebro; ameno resulta el placer de ceder a la razón y no el deplorar la falta de recibir con el órgano las impasibles sensaciones de tu ser.

Emana la Luna alrededor de la ciudad que abraza las moradas, hasta llegar a explorar los recónditos espacios del lar por mi ventana.
La luz refleja la cristalina gota plagada de humildad que recorre la túnica estrellada como el cosmos...

Cantaré una canción hasta que muera (...)


Seguimos hablando sin parar
No sé ni de qué discutimos
de todos modos, diré lo que pienso...

Llévame llévame contigo, llévame dentro
Así que sobra decir que
soy lo que tú quieras,
pero ésto me está dejando fuera del juego.


A veces uno comienza por lo que duele, después, ya no duele nada, pero se hace el hoyo más enorme y nunca dejamos de hacerlo, sino hasta que dejemos de querer ser mártires.

Tenemos tantas historias que contar;
Tú te vas y mi corazón cae en un agujero de dolor
quiero que sea mis amor, mi querido
mi único, lo sé.
Llévame lejos donde nada duela.

Las hojas tienen que caer por completo para que vuelvan a crecer, así, hasta que llegue el día último.
La verdad, es que no sé qué hacer ni qué no hacer. te extraño tanto y no lo puedo evitar, pero ya es tiempo, no sientes nada y mejor me quito todo sentimiento que tenga.

Ya sé que las manos del tiempo no se detendrán para mí
y lo he pedido miles de cientos de veces
y mi boca no puede hacer lo que mi mente está ordenando.

Bueno, tú dijiste que soy todavía muy joven.
Entonces, ¿por qué me siento viejo?
Y lo días están pasando con dificultad en el interior...

Así que no puedo ver ningún cambio en mi rutina
Y las memorias están tomando un lugar en mí
sintiéndome como una cuerda de guitarra
cuando suena tan desentonada...


Bueno, tú dijiste que soy todavía muy viejo.
Entonces, ¿por qué me siento joven?
Y los días nunca pasarán...


La vida es la vida...

 Duele y renacerá.

¿Cuántas veces más? ¿Por qué no entiendes?
Siempre es lo mismo con la cordura que te queda.
JAMÁS, pero también SIEMPRE.

Gracias, ¿no sabes decir más?
La noche no parece tener fin; sólo quiero tener el fin. ¿Por qué noche y no día?
Porque le tengo miedo a la obscuridad; porque le tengo miedo a lo que no conozco; porque soy un pendejo.

Uno, dos, siéntate, respira y conoce la verdad.
Ya deja de torturarte, ¿no lo entiendes?
Come más afilares que atraviesen la garganta.

Seré una bestia sin pensar, ¿de qué me sirve? si la cuestión es disfrutar, según todos, ¿de qué me sirve disfrutar y ser feliz? Da igual y es mejor nada.
Ya acéptalo y sigue.

¿Cuántas vidas me tomará más tomar?
Respiro ansiedad y melancolía en las calles:
TODOS ESTAMOS JODIDOS.

No quiero ver a nadie volar y mucho menos llorar.
No queda claro que todos sienten, ¿no lo ven?
No quieren aceptar en lo que viven.

Recordar no es apropiado, porque se dice basta, bueno, eso es lo que yo espero...
No, ¿qué pasa? Sí, hoy basta.
La vida se me fue en un instante, porque no sabemos apreciar y disfrutar.

¿Cuánto tiempo tomará para aceptar las vidas paralelas?

Uno, dos, cuenta y no vuelvas a pensar, recordar y olvidar.
No me gusta perder ni reconocer, pero aún falta tantas cosas y soy cucaracha.
 


Una vez aprendido, sigue el juego en serio, donde todos saben y no hace falta enseñar.
¿Cuánto más piensas comer las oxidadas picudas?

Vuelvo a respirar.

 Dicen que el amor nos salvará de las desgracias, pero son puras pendejadas: el amor no existe.

Las gotas van rebotando, deslizándose en el vidrio opaco por las irregulares temporadas.
¿Saben? Las ninfas me susurran al oído que la melancolía no es suficiente.

Quiero estar solo en el río o en bosque con cielo estrellado, o mejor aún, en un río cerca de un bosque con neblina y cielo estrellado. 
Pensar se vuelve más complicado y más que éso, acabamos de hacerlo y ya temo perderlo.
Bueno, ¿por qué hablar de mis problemas? Mejor platícame los tuyos, al fin, soy un libro de páginas nuevas y usadas, ¿qué más importaría que sacarás tus frustraciones en mí? No serías la primera ni la última.
La verdad, es que no puedo evadir ni negar lo que siento y sí, lo reconozco, aún siento algo y no sólo éso, aún siento demasiado. Pero para qué seguir, si a esa persona le vale "nada".
Perdón, tenía que decirlo, no lo había sacado, pues los recuerdos me llegan como las gotas que hay en una llovizna. ¿Bastantes, no crees? Ni modo, ¿qué le vamos a hacer? ya no habrán más ni si quiera como "conocidos". Já, bastante depresivo ésto.

Te miro y tiemblo.  Vaya título para una canción.
Sí, aún siento. ¿Por qué no te das cuenta?

Compartir.  ¿Qué se va a compartir? ¿Odio, rencor, tristezas? 
Paso, yo no seguiré en ese camino.

Que vuelvas.  Ya no sé si éso es lo que quiero.
No, no lo quiero porque no toleraré la infidelidad.

Quisiera saber.  ¿Saber si sabes que aún vivo?
Sí, aunque estés, no te dejas ver y no te das cuenta que me he quedado solo.

Bueno, bueno. ¡Basta!
Hace unos meses me subí en barco, ¡vaya barco! La verdad, me alzó el ánimo ese pequeño flote en la deriva, pero, no conté con una cosa: extrañar y añorar.
La verdad, es que siempre me pasa con las personas que menos me imagino y, sinceramente, es mejor así, para que dejamos de evadir la realidad que todos ocultan.
Sí, me dijeron hace poco una chica llamada Brenda [ex-cedartiana] que soy una persona muy transparente y por más que evite "cubrir" mis sentimientos y ánimos, es imposible. [Flash-back: canción que no debí postear jamás]
Ya perdí el objetivo de esta entrada, quería escribir un cuento, según yo, pero me desvié e hice otra cosa, bueno, siempre es mejor sacar lo que uno tiene por algún lado.

La verdad, sabes que ésto es para ti y si aún te queda algo podrías conocer la canción de Las huellas - Ximena Sariñana.
The chain...

Un gato y un perro. Son lo opuesto, pero éso no les impidió amarse.
¿Ahora te ves igual? No, porque cada vez más voy... a boy once live in the basement.

Al ver su reflejo conoce el voz (...)


Una sonrisa, miradas que dicen más que palabras, caricias y una erección: así es como lo recuerdo todo.
La verdad, es que nunca pude evitar mis reacciones hormonales y físicas, pero no importaba, porque ambos lo entendíamos y, en dado caso, eramos iguales.

¿Cuánto pagarías por tus sueños?
Arcángel pagaba una moneda diaria para conocer los sueños de su hermano, puesto que él, por ver a un coyote a los ojos, dejó de soñar y dormir, ocasionándole insomnio. 

¿Ahora te ves igual?
Caldiomel confundía todo rastro de verdad y culpa, hasta llegar al punto de no saber quién era él y los demás; confundió tanto que no se dio cuenta que la culpa era de Caldiomel.

You only live once!
Well... it's true, but a lot people think they´re always right.

Canciones, cartas, juegos de miradas, un corazón, cajas, besos, pasiones.
Todo éso se olvidó y se dejó en el pasado, ¿por qué? porque si tanto lo amaba o seguía amando, tenía que dejarlo ir. 'Couse, maybe, in the future, you're gonna come back to me.
La verdad, es que muchos ocultan lo que sienten y sacan la sonrisa más hipócrita, yo no. Prefiero que van cómo me siento, no me importa y menos que tú lo sepas, porque yo sé disfrutar de los pequeños placeres de la vida, disfrutando de todas las emociones que sea capaz de albergar.

Quebraste mi corazón cuando lo aventaste por el balcón. Pero como lo dije un día: eres la personas de mi vida. Quiero compartir tantas cosas, pero no es nada fácil estar tan lejos de ti.
Tal vez, mi mente divaga, no lo sé. Programé esta entrada para el día de mañana a la 1 de la tarde.
Sólo diré algo y no abriré la bocota nunca más: Te azul y extraño tanto.


Caminando por la vereda (...)


¿No pensarás que te quiero?
Ésas, fueron las palabras que bordeaban la mente de "El niño loco", pero la imagen fue vana, pues el llanto no tiene fin.

El niño loco suspiraba a cada instante, inclusive, parecía que su corazón vibrase al compás de su respirar; agarraba sus inertes manos tronando los respectivos dedos; la música lo envolvía cada vez más en un mundo que sólo él podía entrar; pensaba en los jugosos labios de "T" y en cómo podría resolver el conflicto de besarlos aunque sea una sola vez; los nervios le comían hasta las entrañas. ¡Tenía que verlo!
La estación llegó. Se paró del suelo con paso muy nervioso, o sólo, tal vez, estaba emocionado y no nervioso, caminando contemplaba a la muchedumbre: algunos parecían presurosos, otros parecían tener miedo, inclusive algunos, apostaba, parecían tan monótonos. -"Pues qué se le va a hacer"- dijo para apresurar el paso y llegar a la entrada de la "parada".
Tarde o temprano tenía que llegar, de éso, no le cabía duda. Esperaba ansioso en la inercia, hasta le gustaba oír a Santa María o morderse las uñas, bueno, esa manía la tenía desde hacía dos años -"¡Cuántas ganas tengo de besarlo!"-, no paraban esas palabras en su mente.
Terminó el aterrizaje y comenzó a caminar en ochos, tratando de calmar la ansiedad y culminar la ímpetu. Así que miraba al cielo con la mirada perdida en algún lejano lugar, pero no imposible en sus sueños. Seguía su paso manteniendo su mirada constante cuando por un momento sentía una mirada y tal vez una voz, pero no pondría sus manos al fuego por esto último, pues traía auriculares y giró la cabeza mientras bajaba un poco la mirada, tardó unos segundos en enfocar la imagen. Lo veía, pero no percibía que era él, se quitó los audífonos, lo miró de nuevo y con una gran sonrisa dijo "¡Hola!". [Su corazón parecía salirse de su cuerpo]

Comenzaba el juego, mas El niño loco parecía algo desconcertado. No produjo la feniletilamina que él esperaba y éso, no lo desanimó, pues disfrutó cada instante y más el verlo y ver su sonrisa que le parecía tan perfecta.¡Tenía que besarlo! No tenía agallas por hacerlo. "¡Todo o nada!" Prefería mantener el laso por más pequeño que fuera.Total, culminó la visita.

Trató de pensar qué faltó, no importa, lo disfrutó.
Pero se llevo una gran sorpresa: lo extrañaba.